Creo que de lo bueno, uno siempre va a querer más. Así como lo malo hace que al rebasar explotemos. Sin embargo, muchas veces aspiramos a rebasar. Es como si cierta parte en nuestro inconsciente quisiera que lleguemos a ese punto, y seguimos y seguimos, casi ciegos hacia adelante, tan compenetrados con llenar el vaso, que no nos damos cuenta que está por rebasar, justamente, ni de qué lo estamos llenando.
Más no es mejor. Cantidad no es calidad. Y el vaso, ni lleno, ni vacío, ni a medias. Más que vaso imagino una jarra gigante, con varios agujeros, algunos tapados, otros no. Y así la vida, intentando llenar algo que difícilmente llegue al tope, pero que de vez en cuando, deja escapar bastante por sus agujeritos.
ilusión.
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